patrimonio arquitectónico
en Türkiye
Çatalhöyük: una de las ciudades más antiguas del mundo. El patrimonio arquitectónico de Türkiye se remonta al 7400 a. C. en Çatalhöyük. Este notable sitio es considerado uno de los primeros asentamientos urbanos del mundo. El paisaje urbano de Çatalhöyük, se caracterizó por pequeñas casas en forma rectangular, que se construyeron una al lado de la otra sin calles intermedias. Curiosamente, esto significaba que se accedía a las viviendas a través del techo desde donde había una escalera de madera y que los tejados debían funcionar como calles, proporcionando a las personas los medios para moverse dentro del asentamiento.
Troya: diseño innovador junto con la batalla más famosa de la historia antigua. Así mismo, en Troya podemos discernir innovaciones en la arquitectura con uno de los primeros ejemplos de edificios de tipo megaron (en plural megara) que se remonta al tercer milenio antes de Cristo. Las megara suelen ser espacios de forma rectangulares con una entrada en la parte frontal del edificio que se abre a un pórtico. Es uno de los tipos arquitectónicos más comunes en el mundo antiguo, que luego se empleó a menudo en los templos griegos.
Priene: la ciudad clásica de la antigüedad mejor conservada. Priene ofrece la oportunidad de imaginar completamente el paisaje urbano de una ciudad antigua del siglo IV a. C., en su apogeo en uno de los períodos más emocionantes del mundo antiguo. El asentamiento arcaico de Priene, fue reubicado en 350 a. C. probablemente debido a la sedimentación del antiguo río Meandro. La urgente necesidad de reconstruir la ciudad da a los planificadores la oportunidad de desarrollar la ciudad en el plan Hippodamian (cuadrícula) Hoy en día, el plan cuadriculado de la ciudad se considera muy adelantado para la época.
La era romana en la arquitectura. La mayoría de los restos arquitectónicos antiguos de Türkiye, son del glorioso período Pax Romana, los siglos I y II d.C., cuando existió un período de paz relativamente largo en la región, que permitió que las ciudades florecieran y se embarcaran en adornos importantes a la grandeza de su arquitectura urbana, agregando edificios monumentales como baños, gimnasios, fuentes y templos como resultado del lujo y la prosperidad. Estos edificios, de hecho, a menudo fueron donados a las ciudades por ricos benefactores aristocráticos.
Arquitectura selyúcida
Los selyúcidas, llegaron a Anatolia a principios del siglo XI d.C. y cuando instauraron la estabilidad política a fines del siglo XII, bajo el reinado de Kılıç Arslan II, el estado selyúcida, emprendió un gran proyecto para mejorar la infraestructura y las comunicaciones. Dentro de sus fronteras, mediante la construcción de una serie de caravasares con el fin de establecer una ruta comercial segura, que conectara las ciudades. Un caravasar, funcionaba como un hotel fortaleza medieval para comerciantes y viajeros y se construía a intervalos de un día de viaje a lo largo de las rutas comerciales más importantes. No solo ofrecían refugio con comida y alojamiento a los comerciantes, sino también a sus animales de carga y mercancías. Los caravasares, estaban custodiados por el ejército del gobierno. El refugio seguro que proporcionaron significó que el comercio prosperó durante todo el siglo XIII. Por lo tanto, los caravasares se consideran el símbolo arquitectónico político y económico más poderoso del período selyúcida.
Los caravasares, no fueron los únicos proyectos arquitectónicos emprendidos por los selyúcidas. También, construyeron edificios públicos como mezquitas, madrasas (que eran complejos educativos y de caridad), mausoleos, puentes y albergues derviches. Estos edificios, se inspiraron en muchas tradiciones de las culturas que habitaron Mesopotamia y Anatolia, pero el resultado de esta síntesis es algo auténtico y original, un estilo puramente selyúcida.
Profundamente influenciados por el sufismo islámico, el misticismo y el chamanismo, estos edificios están decorados con motivos inspirados en el concepto del orden universal. Los patrones geométricos, que representan el orden cósmico, están tallados en la piedra generalmente alrededor de las puertas de los edificios, con el fin de acentuar el paso de afuera hacia adentro. Es un espejo metafórico del viaje del macro al micro cosmos. El "sistema de estrellas" o las "decoraciones vegetativas" son los patrones más famosos de este detalle y a veces se describen como el flujo de las flores.
Los mejores ejemplos urbanos de la arquitectura selyúcida, se pueden encontrar en el centro y oriente de Anatolia, pero especialmente en la ciudad capital de los selyúcidas, Konya. En esta icónica ciudad, se puede encontrar: La madrasa de Karatay, la madrasa minaret İnce y la mezquita Aladdin. Son considerados los mejores ejemplos.
Arquitectura Otomana
Después del reinado de los selyúcidas, decenas de dinastías turcomanas (Beylik) comenzaron a aparecer en Anatolia en el siglo XIII. Una de estas dinastías, conocida como los hijos de Osman, se convertiría más tarde en el Imperio Otomano, uno de los imperios más poderosos y duraderos no solo de Anatolia sino también del mundo entero.
El estilo arquitectónico otomano está profundamente influenciado por la arquitectura bizantina y selyúcida. Especialmente la proliferación de cúpulas, que definen los espacios debajo, se considera una reinterpretación de las tradiciones bizantinas y selyúcidas en un estilo auténticamente islámico. Aunque las primeras mezquitas, eran en su mayoría edificios cúbicos rematados con una sola cúpula, los arquitectos posteriores parecieron buscar formas de expandir los espacios. El Ulucami en Bursa sirve como un ejemplo representativo del enfoque de múltiples cúpulas.
La arquitectura otomana alcanzó su punto máximo en el siglo XVI en gran parte gracias al maestro arquitecto Sinan, quien logró equilibrar la grandeza exterior de sus diseños con decoraciones interiores enriquecidas. El equilibrio de la luz y la oscuridad, el espacio vacío y las decoraciones ricamente ornamentadas, así como el equilibrio entre las líneas arquitectónicas rectas y curvas. Llevaron la tradición de las mezquitas otomanas clásicas a su clímax arquitectónico. Aunque la mezquita Selimiye en Edirne es su obra maestra, tiene muchas obras magníficas en İstanbul, como las mezquitas Süleymaniye y Mihrimah Sultan o el complejo Kılıç Ali Paşa.